Hoy os traigo al mejor amigo de mi abuelo: el marcapasos. Gracias a este amigo suyo, tenemos que abrirlo cuando se muera porque se quiere incinerar y si no, explota; "outro carallo máis" como diría él.
Los marcapasos son aparatos eléctricos que son capaces de detectar los latidos cardíacos y de emitir pequeñas descargas eléctricas que hacen latir el corazón cuando los impulsos propios faltan o son demasiado lentos.
Los marcapasos son aparatos eléctricos que son capaces de detectar los latidos cardíacos y de emitir pequeñas descargas eléctricas que hacen latir el corazón cuando los impulsos propios faltan o son demasiado lentos.
Un marcapasos
consiste en un pequeño dispositivo llamado generador, de unos cuatro
centímetros de diámetro y unos milímetros de grosor, que contiene un pequeño
circuito eléctrico y una pila que le suministra la energía. Al generador se
conectan uno, dos o, a veces, tres cables muy finos, llamados electrodos, que
se llevan hasta las cavidades del corazón. Los electrodos pueden 'sentir' o
detectar los latidos propios y transmitir las descargas del generador que
estimulan el corazón cuando hace falta.
Para poner un
marcapasos es necesaria una intervención quirúrgica que se suele hacer con
anestesia local, con el paciente despierto. La operación dura una o dos horas,
pero el tiempo es variable en cada enfermo. Como cualquier intervención
quirúrgica puede tener complicaciones, pero muy poco frecuentes.
Tras la
implantación y después de los primeros días de recuperación, se puede hacer una
vida normal e incluso más activa que antes, si estaba limitada por los
síntomas. Sólo hay que evitar golpes, movimientos bruscos, rozaduras o
cualquier actividad que pueda dañar localmente el dispositivo.
Una vez
colocado, el marcapasos se puede ajustar, revisar y programar en las mejores
condiciones desde el exterior del paciente, mediante un ordenador llamado
programador, que conoce y maneja el médico que realiza las revisiones.
Comentarios
Publicar un comentario