¡Holiii
chicxs!
Bueno,
hoy es un día un poco triste porque se acaba nuestro primer mes de prácticas en
el hospital. Parece que fue ayer cuando estaba temblando por ser el primer día
y ahora se ha pasado todo volando…
De
este período vuelvo a casa con miles de experiencias, valores y aventuras.
Durante este mes he aprendido a hacer casi todo (digo casi todo porque aún
queda mucho por ver y aprender) lo que nos enseñaban en teoría estando en la
facultad. He aprendido a utilizar el Gacela y hacer en él ingresos, escribir
comentarios y hacer planes de cuidados; me han enseñado a sacar la medicación a
través del Silicon y a cargarla; he hecho glucemias; he pinchado heparinas e
insulinas; he hecho hemocultivos, extracciones de sangre y he aprendido (aún
estoy mejorando, porque no es del todo fácil) a coger vías; he visto y he
ayudado a realizar curas de drenajes y de heridas quirúrgicas; he aprendido a
colocar sondas vesicales; he ayudado a hacer la cura y el cambio de cánula en
una traqueostomía; he aprendido a preparar nutriciones enterales tanto por SNG
como por bomba y nutriciones parenterales. En fin, seguro que me olvido de muchas cosas,
pero estas son un pequeño resumen de todo lo que he hecho.
Aunque
tengo que admitir que lo más importante que me llevo es el cariño de los pacientes
y sus historias: uno que quiere ir a bailar contigo, otra que te busca de novio
a su nieto como quien no quiere la cosa…cada uno un poco particular. Lo más
cierto de todo es que sí que es verdad que en ocasiones el paciente solo
necesita un buen gesto, unas palabras o simplemente que le des la mano. Me
marcho de la planta de urología (3ºD) y ya tengo morriña de volver, porque con
pequeñas excepciones todos los pacientes son un encanto, y algunos llevan
ingresados tanto tiempo como yo de prácticas por lo que me será bastante
difícil olvidarme de ellos.
El
hecho de estar tan contentas se lo debemos, tanto mis compañeras como yo, en
gran parte a las enfermeras y auxiliares de la planta, así que deciros que MIL
GRACIAS. En especial gracias a Loli, que con su sabiduría nos resolvía
cualquier duda y nos trató como a sus compañeras, y a Raquel, que a pesar de
ella misma decir que explicar no era lo suyo (mentira porque lo hace igual de
bien que todas) siempre tenía una sonrisa y nos meabamos de risa con ella. Gracias
también a Natalia por su carisma y su ternura, tanto con los pacientes como con
las que estábamos de prácticas; a Encarna, que nos demostró que aun siendo
veterana tenía toda la paciencia del mundo; a Marina, que con solo algún añito
más que nosotras nos entendía a la perfección; a Sara que tuvo la “tarea” de
tenerme el primer día; a Eva, que llegó casi al mismo tiempo que nosotras y
tuvimos un aprendizaje casi conjunto; a Mirella, que llamándonos “reinas” ya se
ganó nuestro cariño; a Cristina, que a pesar de ser bastante seria me enseñó a
hacer bien las cosas; a Maite, que aunque nunca me tocó estar con ella y
parecía bastante seria, a veces hacía algún que otro chiste; y me olvido de
muchas, porque el 3ºD es un equipo enorme y con muchas de las enfermeras no
tuvimos la suerte de estar, pero todas ellas son maravillosas por el simple hecho de ser amables con los pacientes y haber confiado en nosotras dándonos libertad para hacer las cosas. Gracias también
a Meli y a Mila, mis auxis preferidas, que nos dejaron montar el árbol de
Navidad y hacer un poco más felices a los pacientes.
Ah
y me olvidaba! Gracias a mis dos compañeras de prácticas Ánxela y Margot, por
ser todo un descubrimiento y por haber vivido juntas esta nueva etapa.
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