Primer día...¡QUÉ NERVIOS!


Bueno, el post de hoy va dedicado a contaros cómo fue empezar las prácticas en el CHUS (Hospital Clínico Universitario de Santiago).

Todo un año de preparación teórica en la Facultad de Enfermería de la USC, estudiando infinidad de hojas que nunca se acababan, haciendo exámenes, presentando trabajos… para todo había unas pautas fijas que seguir, pero ahora tocaba enfrentarse a la realidad y poner en práctica lo anterior, y no existen pautas que quiten el temor a enfrentarse al paciente, o en sí al hospital.

Los días previos a empezar me hacía ideas preconcebidas que ahora que ya estoy en ello descubro que distan bastante de la realidad. Por las noches, en la cama, me imaginaba llegar a mi planta y que mi enfermera me dejase sola y no me explicase nada, incluso que fuese borde conmigo. Y en realidad nada de eso ocurrió, al contrario, al llegar mis compañeras y yo, las enfermeras nos acogieron como sus pupilas y cada día nos enseñan algo nuevo, ayudándonos y resolviendo las dudas que tenemos, a la vez que nos dan un poco de libertad para poder ir haciendo cada día algo nosotras mismas y así ser conscientes de que en breve estaremos solas y no tendremos a nadie que nos diga si lo estamos haciendo bien o mal.

En verdad es una etapa nueva, porque no tienes a tus amigos ni a nadie que conozcas. Pero sí tienes a unas personas que están en una cama y no por gusto propio, sino que están enfermas, fuera de su hogar y de su rutina normal. Es ahí cuando se ve lo importante que es la empatía y por tanto no hacer nunca lo que no quieres que te hagan a ti.

Al final te das cuenta de que lo más importante no es canalizar una vía a la primera, sino apretar la mano del paciente cuando lo necesite o darle unas palabras de ánimo, y por supuesto, aunque tengas un mal día, el paciente no tiene culpa, así que ante todo AMABILIDAD!!!



Comentarios