A contrarreloj en el hospital

¡Hola enfermeritxs!

En el post de hoy, os voy a hablar un poco sobre mis primeras experiencias durante las prácticas en el CHUS.

Durante curso y medio, he estado estudiando mucha teoría y trabajando duro, pero a veces, me preguntaba para qué iba a necesitar saber las funciones de ciertas hormonas o las fases del dolor, pero todas mis dudas fueron resueltas al empezar las prácticas.

¡No veía la hora de empezar las prácticas! Siempre que miraba el calendario, aún quedaban 3 o 4 semanas para empezar las prácticas, pero entre hacer trabajos y preparar presentaciones, las prácticas llegaron antes de lo esperado. 

Aunque estuviese ocupada con los trabajos para la carrera, también le daba muchas vueltas a la cabeza respecto al período de prácticas... Conocía la planta en la que iba a pasar 5 tardes a la semana durante 5 semanas, pero en mi cabeza, no paraba de hacerme las siguientes preguntas:
Mis primeros días en el hospital los defino de la siguiente forma: a contrarreloj. Era la primera vez que tenía un "turno de trabajo", con unos horarios definidos y no podía llegar tarde ni un minuto. A primeras, me encuentro con 20 minutos para buscar el vestuario, ponerme mi pijama blanco, equiparme de muchos (y digo muchos) bolígrafos, recoger el pelo y correr hacia el hall del hospital. A 5 minutos de empezar el turno, me encuentro en el hall, sin saber dónde estaba mi planta, cuál era el ala de habitaciones de cardiología... estaba perdida. Pero me encontré rápido y ya me puse manos a la obra.

Primero me enseñaron cómo funciona el Gacela, un programa empleado por el personal de Enfermería, entre otros programas. Y desde el primer día, he empezado a tomar constantes, purgar pitufos, preparar medicación (a pesar de que aún no los conozca) y colocar telemetrías. Al principio estás nerviosa, porque nunca habías hecho nada parecido antes o lo habías visto en algún laboratorio de clase, pero luego te motivas y pierdes el miedo, por lo que acabas cogiendo agilidad a la hora de hacer algunas actividades. 

También estás "hambrienta", porque quieres aprender cosas que nunca te han explicado o mencionado en clase, "hambrienta" de resolver las miles de dudas que te rondan por la cabeza. Pero lo que más me emociona no es el pinchar heparinas o hacer glucemias (lo que se conoce como "medir la diabetes"), no... lo más emocionante de empezar las prácticas es ver cómo los pacientes, sabiendo que eres novata, se abren a ti en sus momentos más vulnerables.

Es ahí, cuando empiezas a empatizar con ellos. Todo empieza con una simple pregunta (¿cómo le va el día?), luego escuchas sus anécdotas, les animas en sus peores momentos, y al final, lo único que quieres, es conseguir sacarles una sonrisa. Es en este tipo de situaciones, cuando descubres que a veces, una caricia o el simple acto de escuchar, son más importantes para el paciente, que el que sepas poner una vía a la primera. Y esta es la magia de Enfermería. 


Puedes estar agotada al acabar el turno, con dolor en piernas y espalda por tener que ir de un lado a otro durante horas, pero el saber que has ayudado a los pacientes al hacerles más amenos sus días en el hospital, es algo que hace que pienses, que todo ese cansancio vale la pena.


"When you're a nurse, you know that every day you will toouch a life or a life will touch yours."
¡Nos vemos pronto, enfermitxs!


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